Llego el día en que me enamoré de tus ojos. Tus ojos que mienten, tus ojos que siempre engañan con miradas, tus ojos que me incitan a la lujuria. Me sustento en tus ojos mientras me creo todas las mentiras. Es verdad que en todas las mentiras hay una verdad con la que jugamos días y días. Y dentro de esta mentira somos del todo ciertos y también nos engañamos. O eso dice nuestro corazón.
Yo creía en el amor platónico. Pero...¿Sabéis lo que os digo? Que le den por el culo a Platón.
