22 jul 2011

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La luna, avergonzada por su compartamiento se cubrió con su mejor nube, lloro en silencio y no quiso que nadie la viera.

20 jul 2011

caliente

Más allá de lo físico, encuentro mi absurdo. Fácilmente me caracterizo por mi locura transitoria. No es más que las vacaciones de mi cerebro expuestas a un largo -muy largo- periodo de tiempo. Si cada cosa dicha en vano fuese relevante mi cordialidad jamas hubiese existido, y por lo tanto tu complicidad conmigo sería puramente real. No añoro algo que no existe, no se puede o eso (me) dicen. Pero cuando se trata de mí, todo vale. Más de lo físico, de un tú y de un yo, se encuentra mi absurdo.

14 jul 2011

oye

Quiero gritarte que he soñado contigo, que te he olido, te he besado, que me abrazabas, quiero gritarte que te quiero, te quiero mucho, quiero llorar delante tuyo, quiero que las palabras que salgan de mi boca te desgarren los oidos, entre berridos quiero decirte que te pienso,que me quemas, que ardo por dentro, que es rabia lo que tengo,impotencia, llamalo como quieras.
Quiero gritarte desde dentro del corazón, de lo mas ponzoñoso, quiero que el alma salga y te hiera ahí donde tu me has dejado vacia. Quiero espetar mi poco entendimiento hacia esa actitud de retaguardia que traes, quiero entre sollozos entre trozos rotos de vida, decirte que...ni yo se porque, no se los motivos, pero aquí me tienes, aporreando el teclado, bebiendo tragos de agua caliente, gritando entre sollozos canciones de desamor, canciones desesperanzadas, y todo por que no me dejas gritarte.

11 jul 2011

finales.

Se encuentran casualmente por la calle mayor. Han pasado ya unos años y han acumulado ya muchas experiencias, pero son lo suficientemente dignos para que no les importe las decadencias respectivas.
De la época en que vivieron juntos conservan la voz y la mirada, y enseguida recuperan las ganas de saber el uno del otro, prescindiendo de la tensión de entonces, cuando, después de tres años de una felicidad que no han vuelto a vivir, se separaron. La conversación reactiva los recuerdos y acaban hablando del último día juntos, cuando, encendiendo un cigarrillo tras otro, ella le dijo que ya no lo amaba.
Ahora, muy al final de la calle mayor donde se encontraron se dan cuenta que hay sentimientos que se pueden cauterizar pero nunca hacer desaparecer. Mantienen una cordialidad afectuosa que, si fueran sentimentales, los conmovería. Ella le recuerda el color de las maletas y el momento, tan triste, de devolverle las llaves.
Bajando un poco la mirada, ella le dice: «Deberías haber insistido».
Él entorno el comentario sin reaccionar. Se mantiene de pie, con el cuello del abrigo levantado y las manos en los bolsillos, aunque enseguida percibe la necesidad de cambiar el rumbo de la conversación y, con habilidad, consigue que hablen de lo que han hecho, los hijos que han tenido (y perdido) y de los trabajos que los ocupan. En el momento de despedirse, con la promesa de volverse a ver. Saben que la incumplirán. Ella, porque no es partidaria ni de los encuentros ni de cenar de vez en cuando con alguno de sus ex. Él, porque se siente desconcertado y un poco dolido. Deberías haber insistido. ¿Cómo se insiste cuando te dicen que no te quieren? Por supuesto que pensó en contradecir la evidencia y seguir los consejos de algunos amigos comunes, que le decían que estaban hechos el uno para el otro y que tenía que luchar para recuperarla. Pero, al final, optó por una distancia drástica, como si se hubiera acogido a un programa de protección de testigos y hubiera cambiado de vida, de nombre, de profesión, de ciudad.
¿Luchar? ¿Qué quería? ¿Qué, de madrugada, entrara por la ventana como un Romeo tronado? ¿Qué, disfrazado de mariachi, capitanean una serenata? ¿Que contratara un aviador acróbata que dibujara sobre el cielo una frase cursi? Cualquiera de estos efectos especiales le parecían propios de los que, por egoísmo y orgullo, no respetan la literalidad de un-más claro, el agua-"No te quiero».
Parado en la acera, espera que el semáforo cambie de cambie a rojo. Le entristece darse cuenta de la complicidad que pudieron tener juntos pero también cree que cuando te dicen que una historia ha terminado, es importante no insistir, no luchar y poner, de la manera más digna y rápida posible , el punto final.

7 jul 2011

Salpicaduras.

Después del trágico suceso ocurrido en aquella noche estrellada donde el placer se reunía al lado de una hoguera ella decidió aislarse totalmente de él y del resto del mundo.
Estuvo días sin poder centrarse nada mas que en sobrevivir a las circunstancias una vez mas. Sobrevivió, eso si, entre desesperación y rabia interna.
Pero hoy, hoy que lo había visto una tormenta de recuerdos se apoderó de sus piernas y la hizo sentarse durante media hora en un banco a llorarlo. No servía de nada, ni si quiera para desahogarse. Pero una vez mas, las circunstancias y la supervivencia hacían la vida un poco más difícil si cabe.

5 jul 2011

A la mierda.
Uno, dos, tres. Negar lo que fue, era y será.
Estuve pensándolo detenidamente y no tenía remedio. También pensé en que cuando moriremos dejaremos de existir, que tenemos un tiempo limitado y que...¡Maldita sea! se nos va la vida con cada segundo que perdemos.
Dejo de pensar. O no
Si el todo cambiase, la nada no seria nada.
Los términos todo y nada nunca me han sido familiares y mucho menos el siempre y el nunca. Los no se o los quizás agradan mas a los oídos, el tal vez y el puede. La duda y la indecisión nos hace más vulnerables o más fuertes, según como se mire. Y bien, este grado de seguridad efímera que se queda en nuestra mente nos acompaña cada día o nos destroza.
Ante el miedo a la respuesta segura, preferimos vivir en la ignorancia con respuestas inconexas o con fruslerías inacabadas. Hacemos un ligero movimiento de cabeza acompasado con los hombros y nos conformamos con los no se, los tal vez y los quizás.
Vuelvo a dejar de pensar. O no.
Tantas preguntas, tan pocas respuestas, tanto escrutar y buscar dobles sentidos donde no los hay.
Tal vez el conocer demasiado nos haga llega a la locura o a la carencia de empatía ( Y eso, realmente, nos hace falta)
¿Para qué el miedo? Quien algo quiere algo le cuesta. Así pues fingimos desear cuando no sabemos que queremos, pero de otro modo no tendríamos esencia. Desde luego, esto es una locura. El fin es inescrutable e incognoscible. Baja el telón y yo tengo miedo.
Dejo de pensar. O no.

2 jul 2011

Rabia

En cierta medida siempre me han gustado los sentimientos autodestructivos. Me gusta la rabia, el odio, la prepotencia y los celos. Sin duda este último es mi favorito.
Siempre tuve la certeza de que cuando llegamos a los límites que como seres razonables se nos imponen salen a la luz todas estas sensanciones. Cuando sobrepasamos la linea imaginaria entre la razón y el impulso entonces mostramos lo que realmente somos y nuestras verdaderas intenciones.
Nuestras palabras pasan del corazón a la boca sin pararse en el cerebro.
Me gusta a veces llegar, a tal punto, que no sienta nada de lo que diga. El caso es que luego, cuando vuelve la razón, te arrepientes de todo lo que has dicho. Y entonces y sólo entonces llega la rabia. Ese sentimiento de...No debería haber dicho esto, no debería haber hecho esto, joder debería haberlo pensado mejor...
Y en fin, el remordimiento, la culpa, la tristeza, la impotencia. Creo que sabéis de lo que hablo ¿No?
Y después de esto, a joderse. Que son dos días.

1 jul 2011

Comienzos de una mala vida.

Querida princesita:
Después de que hayas estados años ignorándome te escribo para decirte que, como efectivamente has comprobado, la vida no es un camino de rosas. Para aliviar tu decepción también te diré que no es un camino entero de baches.
En la vida existe tanto la cuesta arriba como la cuesta abajo. Dentro de los términos medios de la vida está la linea recta y el standby.
Tú, querida princesita, estás ahora mismo en standby. Me explicaré. Simplemente estás en una situación que no avanzas o estás estancada en el pasado. A ti te pasa esto último.
Después de que pases este estado todo se te hará cuesta arriba...¡Y de qué manera! Pero en fin, es lo que toca por no hacerme caso. Pero bueno, creo que ya has pasado por esto.
Simplemente te diré que hacía mucho que no te caías de tal manera y que, después de estamparte de bruces repetidamente contra el suelo te has quedado sin dientes. Ya no puedes morder.
Así que, cuando quieras, te levantas, te arreglas y sales a comerte la calle. Mientras tanto yo ya hice lo suficiente por ti.

Atentamente: Tu conciencia