Llorar y no secarse del todo.

Vomito un par de vísceras y los esbirros de las vocales y consonantes que forman tu nombre se anudan entre mis dientes.

Hoy te tengo respeto. Por lo que has llegado a conseguir de mi. Respeto y la traquea desviada de tanto vomitar. Tengo los pulmones colapsados y no encuentro el valor para arrancarme el corazón del pecho y quitarme todo el dolor que tengo en el cuerpo.

¿Qué me pasa por dentro?

Te vas a morir súbitamente.

Hay que ser de una puta vez sinceros y asumir que ninguno somos perfectos. Hay que dejar de callarse esa voz interior y ese pepito grillo que nos susurra.

Diferencias: ¿Amor verdadero? ¿O Amor propio? ¿Dignidad? ¿O Autoestima?

¿Cuál es el límite?

Vamos a ser francos. Todo en esta vida es la ruleta rusa. Una sola bala. Una bala que no conocemos.

¿Por qué nos duelen las infidelidades? ¿Duelen por amor? ¿O por amor propio? Tal vez lo que nos jode es que no seamos los ‘’preferidos’’

El maldito amor. Te enamoras de alguien por quien es y a ti no te importa nada, no esperas nada a cambio.

 Mentiras que vendes a los oídos a precio de coste.

 Y nos empeñamos en decir que amamos a alguien por lo que nos hace sentir y por quien somos cuando estamos con el…y ¡ESPERAMOS! Porqué como no esperemos se nos parte el corazón…si no esperamos los amores platónicos dejarían de tener todo su sentido. Pero, ¿Por qué nos duele un amor no correspondido? ¿Por amor? ¿En serio? O tal vez sea por el amor propio de no ser lo suficiente como para poseer un corazón que simplemente nos esquiva. Duele demasiado el rechazo, lleva en ello autoestima, el orgullo, la dignidad, el amor y el amor propio.

Amor altruista. Porque cuando estás demasiado tiempo enamorado de alguien  se pierde toda la dignidad por ser tú  el constante sin esperar nada ¿En esa mierda consiste el amor? ¿O es que se cruza en algún instante la separación y empezamos a hablar de amor propio?

Demasiado formal, esto del egoísmo.

Y es que, y a pesar de todo, todavía creo en que te quiero, a ti, que los hay mucho mejor que tu y que nadie entiende que te quiera y esos días te quiero por amor.

Pero luego en mi cabeza empieza la ruleta rusa y la única bala y ‘’CLIC’’ y todo vacío y gira de nuevo la pistola y ‘’CLIC’’ y trago saliva como sabiendo, como siempre, que a la tercera va la vencida. Disparo sobre la tierra virgen ¡BOOOOMB! Y la bala pasa por mi dignidad, por mi autoestima y mi corazón salta el límite y entonces cuando te quiero por amor propio.

¿En que momento cruzo ese límite?

Rimar en asonante es muy fácil.

La costumbre hace que miremos lo que se escapa y nunca ha sido nuestro. Y, nosotros, esperamos mucho tiempo los amores que no vuelven.

En más de 15 años de escuela e instituto nunca me han enseñado a negar las evidencias. No me han enseñado a tener una fé absoluta cuando más la he necesitado y tampoco, por supuesto, me han enseñado a perderla cuando ya no es necesaria.
No me han enseñado nunca a como morir, ni como asumir cuando alguien muere. Tampoco he aprendido como hacer para que me desgarren el alma, ni a recomponer un corazón roto. No me han enseñado a aprender a sufrir.
No me han enseñado a cortar esos lazos que tanto nos unen con ciertas personas pero que, a veces, aprietan mucho. Nunca me han enseñado eso y sin embargo, yo lo he aprendido.

Ni fuegos artificiales ni lunas mordidas.

Estoy hasta los huevos de alimentarme de amores en lata porque ya no sacian mi apetito. Ahora me voy a volver mucho más egoísta. No quiero el vacío de los otros porque prefiero mi vacío. No quiero que mis sábanas huelan a ti porque esta cama es mía.
Quiero recibir lo mismo que yo siempre he dado: TODO. Porque, para nadas, ya tengo suficiente con la mía.

Simple y complejo.

Cuando era niña intentaba intuir los dibujos que formaban las baldosas del baño. También lo hacía con la forma de las nubes
Lanzaba preguntas al aire y las respuestas siempre me llegaban años más tarde. Eso es experiencia, o eso creo yo. Y creo que ya tengo una poca porque me he sentido mayor cuando alguien me ha pedido un cigarro y porque ¡Dios! como odio que alguien me siga llamando niña.

Otras veces dejo de pensar en cuando era una niña y con el tiempo lo voy olvidando y los recuerdos se dejan de intuir como los dibujos que se formaban en las nubes. Y puedo vivir...como entonces. Y muchas veces, las cosas cuando dejas de pensarlas, empiezan a encajar y yo encuentro las respuestas.
Pero esas preguntas...ya no me importan.

Magnetismo.

Tengo miedo a estos altibajos que me ofrece la vida. A todas estas crisis existenciales. Pánico a la soledad, y a estas derivadas de la vida. No temo a los horarios, pero si a la vida estructurada y planificada. Aún así siempre he amado lo monótono. Tengo miedo a caminar bajo la lluvia sin nada que me proteja. No tengo miedo a los acantilados pero si a sus caídas. Me asusta lo desconocido, distancias y despedidas, lo desconocido. Pero me mata la curiosidad.Temo las discusiones, las rupturas. Las heridas que el tiempo no cura. Me consume esta desazón. Aunque siempre he tenido un plan B. Para ser feliz.