26 nov 2012

Indiferente


 Ya no te escribo. Veo como me devora el silencio cuando me hablan de ti, veo lo bien que huele la sangre, y cuantas veces me sale espontanea la palabra cuando a ti me refiero. Se desvanece. Y cuantas veces miro el subsuelo, el vacío, provocando que desaparezcas. Completamente. El universo ahora mismo me devasta y deja a la vista de los buitres los cadáveres de mis pensamientos. Ahí donde apareces. 

Estoy lejos. Muy lejos. Donde el silencio me habla de ti. Lástima que esto también esté muy alto y el vértigo haga que tenga miedo a aferrarme y no poder descender. Podrían resucitarme. Podrían traer una vida. Para mi.


Cuando regresas al mismo lugar y te das cuenta que no son las cosas las que han cambiado, si no tú.


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