Las miradas son como bancos de datos. El dolor muchas veces se simplifica en las miradas.
Mientras tanto en los corazones está tal y como lo dejas. Dejando rastros.
Y las miradas aguardan en silencio sin necesitar de palabras para ser explicadas, en los ojos, donde pocos se atreven a mirar. Esas miradas que llevan más allá del alma y el corazón.
Pocas veces sabemos quienes somos y de que estamos hechos.
Te deshaces, te rompes, te vuelves a construir, te agrietas, te pules y das a la vida lo que tu mismo has moldeado.
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