Me gusta ir a visitar lugares con vistas. Me puedo sentar ahí durante horas a esperar(te). A mirar tú ausencia.
La melancolía es una muy buena medicina, por eso cuando estamos tristes escuchamos canciones y vemos películas de llorar.
Otras veces la melancolía hay que dejarla pasar y para ellos tomamos calimocho o varios chupitos de tequila.
Por último, el mejor remedio es sentarse con un paquete de tabaco, un disco de jazz y ponerte a escribir, mientras te aprendes los tejados de la ciudad.
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