Hoy no es un buen día y no se cuando voy a tener un buen día. Me estoy convirtiendo en mi propio verdugo, cavando mi propia tumba y enterrándome viva.
Miro y no veo nada.
Que quiero que dejes de apretarme y me ahogues o me sueltes de una vez, que se que tienes razones para odiarme, que es costumbre que me den la espalda y que no me respeten. Que lo que sientas por mi se queda en resquicios de odio y a mi, eso me mata. Que...¡Qué asco! que no bailemos así, que tú eres más, que yo soy menos.
Los círculos viciosos no son buenos. Siempre hemos ido de espaldas tú y yo aunque realmente estuviésemos pupila con pupila.
Me asfixio y me dejo de tantas estupideces. Me desvanezco, me diluyo como la lluvia. Toca descender estrepitosamente, de muy alto, y con rocas puntiagudas al final. Ya sabéis, el vicio de empezar a fumar es como enamorarse sin medida. Y yo me hallo en la cúspide del mono y no puedo, renunciar a él.
Yo, tan poco palpable, me diluyo entre gestos que eran tuyos. Tú y tu puta ausencia. Me irrita los ojos tenerte cerca y sentirte lejos. A veces pregunto si mereces la pena. Pero si tú no estas esto es silencio y el silencio no es valioso y hace que llore.
Parece ser que los día seguirán pasando y son consciente de lo fatídicos que son y me pregunto ¿Qué es lo que me queda? ¿Dejar que siga pasando este tiempo? ¿Y cómo pretenden que viva si no tengo ganas?¿Pretenden que deje pasar los años? ¿Pretende que quiera a otro hombre? Dudo ahora mismo de cualquier significado a esto. Dejemos pues, que la vida nos consuma.
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