4 sept 2013

Triste de mi.

Muchas veces es necesario escuchar, ya que como algunos dicen: Dios nos ha dado dos oídos y una boca para que escuchemos el doble de lo que hablamos.
Pero realmente hay palabras que no callan, miradas que no escuchan, sentimientos que no florecen, y silencios dentro de frases inacabadas.
Os contaría todo lo que pasa, pero nadie escucha, nadie siente, nadie se implica, nadie es empático, nadie padece.
El mundo a pesar de que ya nadie le escucha, nadie le siente, nadie le vive, nadie camina por sus tierras ni por sus campos, por sus ciudades viviendo las esencias, refrescándose con su aire, limpiándose con sus aguas, viviendo y conviviendo con sus gentes...sigue y sigue girando. Y los días pasas, y los momentos se van, y las estaciones continúan y esto, amigos míos, se acaba.

Seguid pues, deshojando el tiempo, perderle en cosas banales, enfadaros los unos con los otros, no os enamoréis y que os posea la monotonía. Los segundos se seguirán precipitando entre vuestras manos, abriréis los ojos y será otro día más, sin cambios, sin sentido, sin vivencias, sin empatía, sin que nadie esnife almas. Total ¿Qué más da? Si aquí nadie escucha.

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