2 jul 2011

Rabia

En cierta medida siempre me han gustado los sentimientos autodestructivos. Me gusta la rabia, el odio, la prepotencia y los celos. Sin duda este último es mi favorito.
Siempre tuve la certeza de que cuando llegamos a los límites que como seres razonables se nos imponen salen a la luz todas estas sensanciones. Cuando sobrepasamos la linea imaginaria entre la razón y el impulso entonces mostramos lo que realmente somos y nuestras verdaderas intenciones.
Nuestras palabras pasan del corazón a la boca sin pararse en el cerebro.
Me gusta a veces llegar, a tal punto, que no sienta nada de lo que diga. El caso es que luego, cuando vuelve la razón, te arrepientes de todo lo que has dicho. Y entonces y sólo entonces llega la rabia. Ese sentimiento de...No debería haber dicho esto, no debería haber hecho esto, joder debería haberlo pensado mejor...
Y en fin, el remordimiento, la culpa, la tristeza, la impotencia. Creo que sabéis de lo que hablo ¿No?
Y después de esto, a joderse. Que son dos días.

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