16 oct 2011

lunas.

Él sabe que no le quiero, aunque pensandolo mucho, tal vez no lo crea o tal vez lo sepa. Pero tal vez sea o no cierto. Le quiero, pero no como le quería entonces.
Cuando nos cruzamos frente con frente sigue habiendo dos bocas que callan, dos corazones que sienten y dos pares de ojos que hablan mas de la cuenta.
A día de hoy, aunque no es la locura de entonces, en mi corazón hay una luna semillena que un día estuvo llena por aquel que se comió el corazón y ahí sigue habiendo una cremallera con el fin de que vuelva a comerse el resto que queda.
Yo sólo quiero volverme a perder, una vez más. En otra piel, en otros labios, en otros ojos y poder completar la luna que tantas veces me han prometido.
Pese a su boca que tantas veces me mordió, yo quiero morder otras, quiero descubrir nuevos corazones, quiero que los rayos de sol cambien algo.
Y aún así siento que cuando nos vemos, frente a frente nuestras bocas seguirán negandose ese amor.

En el fondo todos somos calcetines impares olvidados, y buscamos aquel que nos complete.
Desde que yo volví a ser un calcetín impar se como querer en la misma cantidad y con mayor calidad. He aprendido.

A día de hoy hay demasiadas bocas que callan y demasiados ojos que hablan mas de la cuenta.

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