Se me va a morir otro Diciembre sin tener en cuenta el amor. Ultimamente sólo veo amor de burdeles por la calle, de estos que te dejan vacíos al día siguiente. Y sin embargo esperamos las rarezas de un príncipe azul montado a caballo cuando simplemente buscamos la satisfacción de la lujuria que como animales nos corresponde.
Somos teloneros de los conciertos que da nuestro corazón. Complicadamente entendibles e inimaginablemente razonables.
Yo aún tengo ganas, siempre he preferido echar de más que echar de menos, pero ahora yo me siento de más y no puedo echar de menos algo que no necesito.
No estoy enamorada, lo se. Aunque lo estuviera me acojonaría decirlo, por miedo o vergüenza, no me entiendo ni yo.
Odio que otro año se acabe, odio esta puta vida, odio esta humanidad podrida e interesada.
Llamadme extremista, es lo que soy y sabéis que en el fondo llevo la razón conmigo.
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