19 nov 2011

normativas expecíficas

Hace mucho tiempo había un príncipe guapo, con gran corazón y bondadoso, de esos que ya no quedan hoy en día. Todo el mundo lo tenia en muy alta estima. Bueno, en realidad no a todo el mundo ya que hasta aquel entonces no se había enamorado de ninguna doncella de la corte.

El príncipe estaba muy preocupado ya que su carácter romántico sólo le impulsaba a casarse por amor. No obstante envió a muchos emisarios a todas las comarcas adyacentes al reino para recabar información sobre las doncellas. A todas y cada una las preguntaban si estaban enamoradas del príncipe y, ante la negativa de ellas, las preguntaban el motivo; ellas respondían que no se habían fijado o que no le conocían lo suficiente como para hablar de sentimientos tan profundos.
El príncipe ante esta noticia convocó a todos los sabios de la corte para descubrir el motivo por el cual su presencia no causaba el mas mínimo efecto en las doncellas de la corte. Tras nueve lunas de reflexión con discusiones a todas horas y en las que se oyeron toda clase de argumentos se llego a una conclusión:

-Príncipe, la causa de su desdicha se debe a la transparencia de la que goza ¿habéis pensado en pintaros de azul?

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