24 ene 2012

Aprehender.

Las cosas importantes de la vida se pueden aprender pero no las podemos enseñar. Yo puedo tener buena letra (y no es el caso) pero muchas veces me equivoco con mi lenguaje.
Nuestra naturaleza psicológica se expresa en nuestra forma de vestir, de hablar, de expresarnos (o de hacerlo poco), de caminar...
En la vida las cosas importantes no deberían dejarse de aprender. La gente muchas veces vive atemorizada porque normalmente, y la altura que están hoy las cosas, se valora mucho más ser perspicaz (factor muy importante) que la propia inteligencia emocional.

No creo que nadie entienda la inteligencia emocional de nadie, o tal vez no nos fijamos en la gente porque estamos ofuscados en nuestras propias emociones, a veces nos equivocamos al interpretar emociones ajenas y a veces simplemente pasamos de lo propio de dichas emociones.

Por eso digo que las cosas importantes se pueden aprender pero no se pueden enseñar. Porque yo puedo quererte, puedo odiarte, puedo echarte de menos, puedo sentir alegría, emoción, tristeza, estar excitada, taciturna,... pero ni en un millón de años podría enseñaros como pude sentir esas emociones.

Eso si, me gusta mucho aprender, aprender de las emociones de los demás y dejarme inundar por ellas, me gusta coleccionar sentimientos, me gusta intentar comprender a la gente, me gusta sentir empatia o por lo menos intentarlo. Y en cuanto a emociones se refiere nos queda mucho por aprender y aún más por intentar compartir.

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