No basta con querer a alguien. Todo es más complicado y hay que encontrar el punto exacto de equivalencia. Si esto no pasa se pone la puesta de sol y nosotros con ella.
El amor se va de viaje y queda el recuerdo de qué paso para que os amaráis y de cómo paso exactamente.
Todos somos distintos cuando nos enamoramos y aún más cuando perdemos el amor. Miras hacia adelante y recuerdas cuando de pequeño te caías de la bicicleta y te volvías a subir con toda la ilusión del mundo. Montar en bicicleta, al igual que el amor, no se olvida. Lo que pasa es que cada vez cuesta más porque cada vez se es más consciente de las caídas y el esfuerzo en levantarse y volver a intentarlo
Normalmente le echamos narices al asunto. Pero el amor muchas veces te da la espalda y la puta vida te ha vuelto a apuñalar. Y otra vez, todo vuelve a ser cíclico, todo vuelve a empezar.
Creo que todo es cuestión de vivir las cosas mientras estas puedan vivir y tal vez estamos demasiado aferrados a la idea de longevidad y más siendo jóvenes como somos.
O tal vez todo lo escriba el destino y simplemente somos los protagonistas de un cuento escrito por alguien ajeno a nosotros.
Que sea lo que sea. Todavía y pese a todo, creo en el amor.
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